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“Las algas son el alimento más sostenible del planeta”
Unidas por el amor a la comida del mar, Angelita Erikessen & Tamara Singer crearon Lofoten Seaweed en la escarpada costa noruega, un remoto y gélido lugar que acoge 500 especies de algas de las 12.000 que hay en el mundo.
Y lo hicieron con una idea clara: el futuro de la alimentación está en el océano. Hoy han abierto la última jornada del congreso para narrar su romántica machada, la de extraer a mano 10 toneladas de algas al año utilizando cuidadosos métodos de recolección para garantizar un rebrote sano, y un impacto mínimo.
Y todo ocurre en las aguas de Nappstraumen, que disfruta de la cuarta corriente de marea más rápida del mundo, lugar de nacimiento de Angelita, quien creció cortando lenguas de bacalao y cebando palangres para su padre pescador. “Pensó que estaba loca cuando me quise dedicar al mundo de las verduras marinas, y ahora trabaja con nosotras”, bromea. Y en esas conoció a Tamara, una neozelandesa de madre nipona que había comido algas toda su vida. “Cuando le mostré a mi madre la materia prima de Noruega identificó todas las especies, las probó y le gustaron muchísimo; así que, hasta hoy”, ha relatado.
“Las algas son el alimento más sostenible del mundo; no necesitan fertilizantes, no hay que regarlas, y absorben gran cantidad de CO2”, han argumentado sobre las razones que les mueve, “además de que son enormemente nutritivas, sobre todo en aporte de iodo, y gracias al Umani, extraordinariamente sabrosas”. De hecho, trabajan con numerosos chefs, y sus innovadores y nutritivos productos se utilizan en restaurantes con estrellas Michelin de todo el mundo, como las Perlas de algas que imitan al caviar, o el Furikake a base de pescado seco y alga con el que han unido las culturas japonesa y nórdica, y que han presentado hoy en el congreso.
“Nuestra misión es fomentar el consumo de lo que consideramos que es el alimento del futuro, y que los vikingos ya usaban en sus dietas durante sus largos viajes, para lo que debemos elaborar productos atractivos y sencillos, así como educar al consumidor sobre sus maravillosas propiedades, nutritivas y organolépticas”, han confesado. Y para eso nada mejor que “trabajar con chefs para que impartir talleres que guíen a la gente en su uso, también compartir recetas por Internet e incluso ir a las escuelas. Queremos cambiar la imagen que la gente tiene de las algas y pensar en un huerto bajo el agua”, han explicado.